El rock como definicion es es un genero musical contemporaneo encaminado a englobar cada uno de los diversos géneros musicales derivados del rock and roll,Suele interpretarse, entre otros muchos instrumentos que ocasionalmente se adicionan, con guitarra, batería, y bajo. Muchos estilos de música rock también utilizan instrumentos de teclado como el órgano, el piano, o los sintetizadores. La música rock normalmente tiene un fuerte contratiempo, y a menudo se centra en la guitarra, tanto eléctrica como acústica.
El primitivo rock se deriva de una gran cantidad de fuentes, principalmente blues, rythm and blues y country, pero también del gospel, pop tradicional, jazz y folk. Todas estas influencias combinadas en una simple, estructura musical basada en blues que era rápida, bailable y pegajosa. De este surgen diferentes estilos musicales como elhavy metal, el Hard metal entre otros.
El rock surge mediados de los años 50 en Estados Unidos. Considerado sinónimo de la "música del siglo XX", el rock pierde con los años el marcado carácter anglosajón que tiene en sus orígenes para transformarse en un lenguaje universal y sometido a continuo cambio.
Al surgir de un modo espectacular y desarrollarse en principio como un fenómeno de masas que trastornó la vida y los ideales de Norteamérica, no puede considerarse como un movimiento musical en sentido estricto. Sus raíces son tan plurales que sintetizan las principales ramas de la llamada música popular estadounidense, sobre todo el blues, el rhythm and blues, el gospel y el country and western.
No obstante los evidentes vínculos que posee con las más profundas esencias de la música de los negros afronorteamericanos el rock es en realidad el resultado, tras una larga síntesis que se inicia con el siglo, de la adaptación de estas fuentes a una concepción y una estética 'blanca', lo que generó las primeras actitudes públicas de rechazo, algunas de ellas muy conflictivas. Si el compositor y bluesman negro Muddy Waters, (1915-1983), lo consideraba como "un hijo del rhythm and blues al que llamaron rock", numerosas organizaciones racistas estadounidenses afirmaban con desprecio y energía, según sus panfletos y los abundantes testimonios de sus líderes de entonces, que representaba la música que "rebajaba al hombre blanco a la categoría del negro". La variante, en cualquier caso, de acuerdo con estas interpretaciones, radicaría en el hecho de que la base del rock, el viejo blues, estaba revisada, para mayor gloria de la raza blanca, a través de inyecciones de ritmo tan pronto más dulce, como de andanadas de sonido estridente, rápido y energético.
Esta síntesis ligera de blues y rhythm and blues, como se la denominó durante mucho tiempo, hallaría su ídolo fundacional a mediados de los años cincuenta en la figura de Elvis ("The Pelvis") Presley (1935-1977), aun cuando desde la primera grabación de blues registrada en la historia ('Crazy Blues', un tema cantado en 1920 por Mammie Smith) hubieran pasado casi tres decenios.
Esta vía de 'desencuentro', conforme con sus raíces negras, la seguirían cantantes como Bessie Smith ('la Emperatriz del blues'), Billie Holiday, Little Richard y, ya en la esfera de la música de finales de los sesenta cantada por mujeres blancas, Janis Joplin. Para entonces, por los espasmódicos bailes que suscitaba en grandes masas de jóvenes y sus ritmos trepidantes, el rock se había transformado en algo más que música, era rock and roll (mecer y rodar), energía en estado puro.
Elvis, el elegido
La fortuna esperaba a Elvis Aaron Presley, nacido en Tupelo, Mississippi, en enero de 1935. Pertenecía a una familia humilde del Sur americano (white trash, 'basura blanca' para los herederos de los ideales esclavistas de la Confederación) que se estableció en Memphis en 1948, pero en 1954 ya cantaba y grababa temas de Arthur Crudup y Bill Monroe, oscilando entre el blues, el gospel y el country rural.
Por aquella época el propósito de algunas compañías discográficas, ante la decadencia del country —el año nuevo de 1953 fallecía Hank Williams—, consistía en descubrir a cantantes que expresaran "sentimientos blancos" con fuerza, voces y corazones negros, y Elvis resultó el artista elegido en una época en que ya gozaban de relativo crédito solistas como Jerry Lee Lewis, 'el Asesino' (1935), Carl Perkins (1932), Johnny Cash (1932), Roy Orbison (1936) y Chuck Berry (1931). Salvo Berry, apoyado por Muddy Waters y una discográfica independiente de Chicago, los demás coincidirían en sus primeros trabajos al grabar en 1955 con el sello Sun Records, y de ahí nació la primera leyenda de los cinco pioneros o, en cualquier caso —en palabras de Jesús Ordovás—, de "los cinco grandes creadores del rock and roll". Pero Elvis, gracias a su participación en diversos espectáculos masivos de Nashville a principios de 1956, de clara significación country, pudo renunciar a su condición de héroe local que goza del interés de una audiencia reducida pero fiel, y con habilidad, apoyándose en su tema 'Heartbreak hotel', atípico en el contexto donde lo presenta, deslumbra, hipnotiza a masas de quinceañeras y se alza con un triunfo que le catapulta en cuestión de pocos días al primer puesto de la lista de éxitos de Estados Unidos.
Con 'Heartbreak hotel' estalla el fenómeno de los teenagers (seguidores jóvenes de edades comprendidas entre los 13 y los 19 años, cifras que en inglés concluyen en teen), que dará el espaldarazo al joven y tímido cantante procedente de los más bajos estratos sociales, reconvertido en escasas semanas en ídolo de multitudes de jóvenes que ven personificado en él, hábil vocalista, diletante, bromista de gesticulación agresiva, y dado a las audacias sensuales en directo, al rebelde blanco que alcanza el irrenunciable sueño americano: triunfar. En 1955 había fallecido en accidente automovilístico James Dean, encarnación mítica y cinematográfica de la juventud rebelde y 'sin causa'. Elvis Presley tenía una causa, el rock, y transmitía inconformismo, ansia de rebelión y juventud.
The Beatles
Desde principios de los sesenta el factor más destacado en el panorama del rock estriba en lo que ha venido en denominarse la 'respuesta británica', expresión que engloba las numerosas formas en que los músicos ingleses asumieron las rutilantes novedades procedentes de Estados Unidos.
La aparición de The Beatles en 1962, tras diversas intentonas previas para formar una banda estable, estimuladas por el inquieto John Winston Lennon (tuvo nombres como The Quarrymen o Johnny and the Moondogs, 1956-1959; Long John and the Silver Beatles, 1960; Beat Brothers o The Cavern, 1961, y The Silver Beatles, 1962) a quien secundaban de una forma regular Paul McCartney y George Harrison y con menor frecuencia el bajista Stu Sutcliffe y el batería Pete Best, supuso el germen de la 'revolución británica del rock'. Estos jóvenes de Liverpool realizaron diversas giras por Escocia y Alemania, grabaciones como grupo de apoyo de figuras de segunda categoría, hasta hallar en Brian Epstein al productor idóneo e idílico que llevará su carrera al estrellato.
A partir de ese momento, guiados por Epstein, con un nuevo y potente batería llamado Ringo Starr, graban en los dos años siguientes más de 60 temas. El punto de partida es 'Love me Do', del que se venden más de 10.000 copias. El paso siguiente será el cine, de la mano del realizador Richard Lester (Qué noche la de aquel día, 1964 y Help!, 1965), en un tono muy distinto al que caracterizó la variable y populista carrera de Elvis en este campo. Es a través de las películas y de la denominada 'beatlemanía' que recorre el mundo, que la suma de individualidades que cristaliza en la banda se diversifica: Lennon actúa como líder conciso pero agresivo tras su aspecto tímido e intelectual; Harrison es el inquieto del conjunto, interesado por el country y el orientalismo; el feo Ringo Starr es el desenfadado, un juerguista que descarga su fuerza en el escenario; Paul McCartney, atraído por el mercado discográfico —o quizá fascinado— no oculta su interés por componer temas estándar, en consonancia con las demandas del público adolescente, visibles en las listas comerciales. Son cuatro mundos muy distintos que acabarán por tomar rumbos divergentes.
Otras corrientes
Desde finales de los años sesenta el rock no ha dejado de aportar variantes y novedades respecto a las corrientes pioneras, hasta el punto de que resulta imposible su enumeración y ha perdido vigencia el planteamiento crítico según el cual un estilo se identificaba en función de una influencia dominante en un periodo de tiempo concreto. Ello no se halla en contradicción con el hecho de que, con frecuencia por derroteros trágicos, el rock haya generado una galería de mitos cuya influencia se deja sentir como un punto de referencia fundamental, como ocurre al evocar las figuras de Bessie Smith; del guitarra Jimi Hendrix; Keith Moon, de The Who; John Bonham, de Led Zeppelin; Bon Scott de AC/DC; Jim Morrison, de The Doors; Freddie Mercury, de Queen; Ian Curtis, de Joy Division; Phil Lynott, de Thin Lizzy; Steve Clark de Def Leppard; Johnny Thunders, de The Heartbreakers; el ex beatle John Lennon; Sid Vicious, de Sex Pistols, entre muchos otros. Pero a medida que se ha prolongado la historia del rock, se han multiplicado sus formas y orientaciones, muy a menudo mediante artificios comerciales, la recuperación de antiguas esencias, la reelaboración de viejos sonidos y la ampliación de los ámbitos de acción de las bandas.
Si el rock se definía, en especial en Estados Unidos, como la música de las fiestas, del divertimento generacional o las reuniones sociales de la juventud, esta concepción varía de forma radical en los decenios siguientes cuando alcanza a territorios como el del compromiso político, como ocurre en el country, en el punk rock, en ciertas derivaciones del folk rock, el movimiento skatalítico, el rock urbano, el rap o el rock metálico; el experimentalismo plástico, como es frecuente en el glam rock, el rock sinfónico, la música electrónica, el pop neorromántico, la música de discoteca o la new age; la alta tecnología, como sucede en las corrientes más duras del tecno pop, el rock progresivo, el denominado rock 'artístico', el jazz rock de fusión, las diversas fórmulas sostenidas en la música de sintetizadores y el rock de consumo, reforzado por la estética del vídeo clip y una tendencia, todavía tímida pero en la que han comenzado a desarrollar diversas ideas artistas como John Cale, David Bowie, Peter Gabriel, hacia la interactividad.
Rock en español
A raíz del impacto provocado por los éxitos internacionales de The Beatles sobre todo, surgieron en numerosos países de Europa una gran cantidad de grupos atraídos por los ritmos de los nuevos tiempos. Existe coincidencia general en que en España, y a causa de la beatlemanía, el rock comenzó a consolidarse entre 1964 y 1966, años en que ya se encontraban en activo numerosas bandas que habían conseguido cierto prestigio y difusión: Los Brincos, Bruno Lomas y Los Rockeros, Los Pekenikes, Lone Star, Micky y Los Tonys, Los Mustang, Los Sírex, Pop Tops, Los Bravos, Los Canarios, Los Cheyennes, fueron algunas de las más conocidas que lograron además cierto eco en otros países, así como Miguel Ríos y Teddy Bautista al emprender sus carreras en solitario.
Con el final de la década, sin embargo, se abrió un largo paréntesis que se prolongaría de hecho hasta principios de los años ochenta, en que tras un periodo con marcado sabor urbano y reivindicativo —con bandas como Burning, Leño, Topo, Coz, Barón Rojo, Ñu o solistas como Ramoncín—, los jóvenes músicos se entregaron a las novedades que procedían del Reino Unido, en especial por el punk y la más reciente new wave (nueva ola). El fenómeno fue llamado movida y alcanzó cierta popularidad en ciudades como Madrid, Barcelona, Vigo, Valencia y Bilbao, e hizo convivir tendencias de rock oscuro y underground con sonidos más desenfadados, aunque sin la ingenuidad de los rockeros nacionales primigenios.
El número de formaciones se contaba por centenares (se censaron más de 200 grupos entre Madrid y Barcelona entre 1977 y 1980): Kaka de Luxe, Radio Futura, Derribos Arias, Siniestro Total, Tequila, Pegamoides, Nacha Pop, Zombies, Golpes Bajos, Os Resentidos, Modas Clandestinas, Gabinete Caligari, Parálisis Permanente, Aviador Dro, Loquillo y los Trogloditas, PVP, La Mode, Las Chinas, Charol, Objetivo Birmania, Los Nikis, Larsen y Mermelada fueron tan sólo algunos de ellos, que sufrieron con el paso del tiempo sucesivas transformaciones (Pegamoides, por ejemplo, se convirtió en Alaska y Dinarama y dio origen asimismo a Parálisis Permanente, Seres Vacíos y Fangoria en los años noventa).
Resultó importante, sin embargo, el renacer de diversas corrientes de rock duro a mediados de los ochenta, a la que se adscribieron numerosas bandas de música urbana, y la acogida de otras influencias, como el ska, el reagge, y las tendencias afterpunk en general. Entre los primeros exponentes del heavy hispano figuraron Obús, Los ángeles del Infierno, Banzai, Tarzen, Santa, Sangre Azul, Manzano, Leize, Niagara o Barricada. En el segundo grupo coincidirían los primeros exponentes del denominado 'rock radical vasco' y otros grupos afines (Kortatu, Hertzainak, Eskorbuto, Rufus, Lavabos Iturriaga, Cicatriz, BAP, Delirium, Polla Records, Negu Gorriak, Mano Negra), los defensores de ritmos rastas (Potato, Baldin Bada, Korroskada) y otros, más afines a la sonoridad hardcore, como Ama Say o Su Ta Gar.
Avanzados los noventa la abundancia de formaciones y estilos se compagina con un gran número de solistas punteros que han de vérselas con la importante presencia que tienen en el mercado discográfico los representantes del revivalismo. De esta forma no resulta pintoresco que un histórico del rock español como Miguel Ríos se presente en una misma actuación junto a una joven consagrada como Luz Casal y alterne sus giras con cantantes melódicos como Ana Belén, Víctor Manuel y cantautores del estilo de Joan Manuel Serrat o Joaquín Sabina. Bandas como Héroes del Silencio, Mecano, Los Rodríguez, El Último de la Fila, Presuntos implicados, Celtas Cortos, representan otras tendencias del rock y el pop en español, en una línea que ha hallado gran eco en Europa y Latinoamérica.